"Pesadilla" de Juan Martínez Reyes

20.10.2021

Camuflado en el campo de batalla, disparaba a sus adversarios. Cuando vio que estaba despejado, decidió avanzar, pero en ese instante aparecieron más soldados y comenzó nuevamente el tiroteo. Trató de esconderse para contraatacar. Sin embargo, cayó herido por tres tiros. Agonizaba irremediablemente. No, no puedo morir. Entonces despertó. Otra vez ese maldito sueño, murmuró.

En la tarde se fue a trabajar. Todo marchaba bien en el negocio. Los municipales intentaron echarlo por quinta vez. Ya no soportó más sus insultos y su trato déspota hacia él y sus compañeros. En ese momento, la cólera embargó su ser y, harto de todo, exclamó furibundo:

- ¡Malditos desgraciados! ¿Por qué no me dejan trabajar, si no le robo a nadie? Pero esta vez lo van a pagar muy caro.

Sacó su arma, la cual guardaba en caso de un asalto, pues la zona se había tornado muy insegura, y comenzó a disparar como desquiciado. Uno a uno fueron cayendo, mientras la gente que transitaba por los alrededores corría despavorida.

- ¡Mueran, miserables! -gritaba enloquecido y cegado por la cólera.

Minutos después, llegaron los policías para tratar de reducirlo. En el fragor de los disparos, comenzó a recordar sus pesadillas recurrentes, donde luchaba temerario hasta que moría. Aún vivía con el estigma del conflicto con los terroristas del MRTA, quienes se apoderaron de la Embajada. Evocó a sus amigos, con sus cráneos destrozados por las balas y sus cuerpos desmembrados por las bombas. Esos recuerdos siempre lo perseguían. Y ahora, estaba viviéndolo nuevamente. Sintió un ligero temblor recorriendo su cuerpo al revivir aquello, pero su espíritu salvaje volvió a llenarlo de valor. Vivir o morir, pensó.

Fue una lucha sangrienta. Hasta que una de las balas le perforó el corazón y, otras dos, la cabeza, desplomándose como un árbol seco en la vereda. Y otra vez, como en sus pesadillas, moría acribillado en el combate.

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Imagen: Obra del pintor Ciro Marra (Roma / Barcelona)