"La espera" de Cristina Díaz Carrasco

27.10.2021

Llovía, habían anunciado lluvia pero esa tarde todos los dioses se pusieron de acuerdo para expulsar toda su ira contenida.

Los cristales de la sala de embarque apenas dejaban visualizar la fuerte tormenta que acaecía en el exterior.

El aeropuerto comenzó a convertirse en un refugio de personas, observé detenidamente la sala, las personas sacudían sus abrigos con cierta furia y en el suelo se divisaba un pequeño y consecutivo reguero de agua.

En una esquina un caballero de avanzada edad parecía inmóvil, sobre la mesa un expreso del cual intenté hacer memoria del preciso instante en que se lo serví. Me acerqué hasta él con la excusa de limpiar su mesa, fue ahí cuando levantó su mirada, sus ojos de un gris azulado, exactamente el mismo tono que nos mostró el cielo esa tarde. Le propuse tomar otro café para entrar en calor hasta que amainara el tiempo. Sonrió levemente agradecido y asentó con la cabeza.

Poco a poco entre taxis y autobuses la sala fue vaciándose pero el caballero permanecía en la misma mesa, inmóvil y tan solo muy de vez en cuando observaba el reloj de muñeca y suspiraba...

Mientras recogía la encharcada sala le pregunté si esperaba a alguien o si precisaba ayuda, me comentó que estaba aguardando la espera de sus dos seres más queridos; su hija y su esposa que habían realizado un viaje juntas.

Me resultó extraño dado que ya no se esperaba ninguna llegada hasta el día siguiente pero pensé que quizás era muy probable que fuese un vuelo privado. Llegó la hora de marcharme y me acerqué con sigilo a despedirme y desearle una corta espera. Me dió la mano gustosamente y agradeció mi preocupación. Cuando me giré puso su mano sobre mi hombro, le miré sorprendida y me dijo que ya volvería otro día. Atónita le respondí que no entendía su marcha sin su mujer e hija.

Me respondió: Seguiré esperando el resto de mi vida hasta que me reúna con ellas... ¿Sabes que las personas a las que amas solo se van para siempre si nadie las espera?

Lo entendí y él también me entendió.

Cuando crees que ya nada te queda en la vida, el tiempo es lo único que mide tu espera...

••••••••••

Imagen: Obra del pintor Ciro Marra (Roma / Barcelona)