"Una cosita de nada" de Mariana del Rosal

08.10.2021

No, chiquita, ya no llores, perdóname por favor, perdón... Acá estoy, soy yo, no pasó nada, ya va a pasar. Ya te vas a poner bien. Fue un accidente, si justo te me cruzaste, si yo solo quería espantar esa mosca posada en la pared, es verdad que estaba un poquito nerviosa y que durante toda la tarde me estuviste reclamando atención pero no fue tu culpa, no tuviste nada que ver, yo nunca hubiera... solo que justo estaba por cocinar y no vi que te me acercaste, sentí tu mano tirándome de la ropa pero yo no, yo nunca...

- ¡42!

- Hola, sí, traigo a que revisen a mi hija.

- ....

- Dos años y ocho meses.

- ¿....?

- Se golpeó la cabeza contra un estante en casa.

- ...

- Sí, yo estaba con ella. No, no había nadie más. ¿Por?

Esta hija de puta no me cree. No me cree, se lo veo en la mirada. Y esta nena que no deja de llorar. Y toda esta sangre, Dios mío, ¿será un corte tan profundo? Dicen que la cabeza sangra de nada. Para mí que no, para mí que justo le toqué un vasito y que es mucha sangre pero que no le va a pasar nada. Como sea, a lo mejor un puntito. O dos. Después cuando crezca se deja el flequillo y listo, ni se le va a notar la cicatriz. Si es algo superficial, cuando le baje la hinchazón seguro que no es nada.

- ....

- ¿Diagnóstico por...? ¿Y dónde queda eso? ¿Me llaman por el nombre o el de la nena?

- ....

- Sí, sí, gracias.

¿Radiografía? ¿Para qué radiografía? Si cualquiera puede ver que es solo un cortecito, un golpecito de nada, justo encima del párpado, y la cara sangra mucho, todo el mundo lo sabe. ¿Por qué directamente no me la cauterizan, la desinfectan bien y ya? Y este imbécil qué me mira. Por qué parece que me sigue. Ya está bien, soy la madre, obvio que quiero que la revisen, saber que está bien, bueno, no, bien no está, lo sabe cualquiera, escuchá cómo grita, se va a quedar dormida como una bendita cuando pase todo esto y me la pueda llevar a casa. Y tengo que tratar de limpiar antes de que llegue Pablo a casa y se pudra todo. Los vidrios quedaron desparramados por todo el piso de la cocina. Y me la traje descalza, de pedo que no se cortó la planta del pie también.

- ¡Sí, sí, acá! Ahí la llevo.

Ya está empapada la toalla, no me va a pedir que se la saque solo para sacarle la radiografía, ¿no? Al menos ya no llora tan fuerte. Se ve que se cansó.

- ....

- María Belén. Dos años y ocho meses.

- ¿...?

- Se golpeó contra un estante en casa.

- ....

- ¿Así? ¿Mirando para ese lado? Quietita, mi amor, shhh, que no escucho a la doctora.

- ...

- ¿Qué olor? Yo no siento ningún olor... Ah, ¿usted dice? No, si será el antiséptico que le traté de poner para... ¿vino? ¡Para nada! ¿Cómo voy a dejar esas cosas al alcance de la criatura?

- ¿...?

- Y, qué sé yo, supongo que con la punta del estante, es un estante como medio, a ver...

Esta otra también me la tiene jurada, en lugar de calmar y curarme a la nena me quieren volver loca, como si no le pudiera pasar a cualquiera, como si perder un segundo la paciencia fuera un crimen, como si los chicos de esta edad fueran angelitos impolutos, como si tomarse una mísera copita, y qué sé yo si eran las dos de la tarde, las cinco, las once de la noche, los días, las noches, ella siempre mamá-mamá-mamá, si fuera tan grave, cómo iba a calcular que iba a estallar así esa botella de mierda, por favor, nena no te duermas ahora, no te duermas que la doctora tiene que ver las fotos que te sacaron, y que vas a ver que no es nada, vas a ver que ya pasa, que no duele, que ya pasa....

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Imagen: Obra del pintor Ciro Marra (Roma / Barcelona)