"Entre todo y nada" de Mónika Yolotzin Velasco Gómez

24.08.2022

Jugamos y reímos a lo largo de las estaciones, aquellas que se disiparon con la brisa y un suspiro. Nos pensamos a diario pese a que todo ha cambiado, mientras que seguimos fieles a lo que creamos y portamos desde ese primer encuentro. Nuestras vidas han cambiado drásticamente, obteniendo estabilidad como lo imaginábamos desde jóvenes, ni mucho ni poco, solamente lo justo.

Era hoy, después de varios meses sin vernos, por fin podríamos conversar con nuestras mejores versiones de aquel momento, tantas emociones en un cuerpo y tan poco tiempo, haciendo que fuese imposible tener el control de uno mismo; y ahí estabas, mi querido amigo tan ansioso por verme como yo me sentía por ti.
- Ha pasado un tiempo desde tu ausencia - exclamaste con una cálida sonrisa seguido de un abrazo -. De verdad te he extrañado.

Al recibir tan acogedora bienvenida, no tuve más remedio que devolverte todo ese cariño ofrecido directamente de tu corazón, obligando que guardara la verdad muy dentro de mí.

Presentiste al instante un aire de inquietud, mirándome detenidamente a los ojos para desvelar todo secreto que ocultaba de ti.

- Díme qué te ha pasado, existe algo que te consume por dentro.

"Jamás podría ocultar un peso de tal magnitud ante ti", pensé.

- Un hombre vino a mí, ofreciéndome todo y nada a la vez - respondí con temor -. Ha sido tan persistente con sus promesas que comencé a dudar de lo que tengo y quiero en realidad.

Tu brillo se apagó al callar mi voz, la angustia que sentías por mí era verdadera y sincera como cada acción que creabas; tu jamás sucumbirías ante tales palabras, después de todo sigues siento tan real y elegante de cuerpo y alma.

Posaste tu mano sobre mi hombro esperando una continuación de mi parte, te era evidente que mi mente aún no quería callar.

- Consideré su oferta, pero mi miedo a él fue mayor. No creo que haya más que revelar ante ti.

- Y ¿ahora qué harás? - preguntaste con serenidad y paciencia.

Miré al cielo para aclarar mi mente sofocada de pensamientos en busca de una respuesta para ti, logrando encontrar no más que la nada.

Al verte, logré encontrar algo diferente a lo que sentía sin llegar a saber con certeza qué; un mundo nuevo, ideas inéditas capaces de cambiarlo todo para hacer lo que sea posible; fue inevitable, una lágrima se escapó y recorrió mi mejilla.

- Todo estará bien - sonreíste -. Hemos estado mucho tiempo distanciados, ya es hora de comenzar una nueva era.

Tu brillo había retornado y yo solo reí por tu forma de ser. Saltaste de alegría al verme reír y ahí comprendí lo extraordinario que eras, siempre encontrando lo que no logro percibir, haciendo un verdadero consuelo el saber que yo también podía ser capaz de ofrecerte la paz que tanto anhelabas.

Había sido un error habernos separado todas esas estaciones atrás, pero ahora un pensamiento sempiterno había surgido, siendo nosotros los autores, y quién sabe, puede que simplemente sea así como dices, juntos por siempre, tú siendo mi todo y yo siendo tu nada.

••••••••••
Imagen: Obra del fotógrafo José Carlos Nievas (Córdoba / Murcia)