Tu relato (2019)

Relatos participantes en la convocatoria del Premio Café Español 2019 (Relato corto). Aquí podrás encontrarlos tal como se publicaron en Facebook y no se podrán hacer modificaciones.

No se acostumbra a sus dedos como garfios enredados en un nudo imposible; ni a esa deformada mueca de su rostro. Llevan juntas más de un año y su deterioro físico es progresivo. Poco puede hacer para paliar tanto sufrimiento. Pasan más de diez horas diarias juntas y su comunicación es mínima, táctil y afectiva. Ve su coronilla despeinada,...

Stiopa, mosqueado, mira fijamente algo (o a alguien) por encima del mostrador del Stand "Chinchulines al pesto" (Argentina). A su izquierda, haciéndose el sueco entre la maraña de espectadores, su camarada Petia, se zampa unos canapés en el chiringuito "El Cus-Cus de Moravia" (Marruecos).

Esmeralda Esmeraldina Dalemparte era hija de Esmeralda Dalemparte, nieta de Esmeraldina Dalemparte, biznieta de Esmeralda Dalemparte, tataranieta de Esmeraldina Dalemparte y es probable que su onomástica familiar haya sido así precedentemente. Sin embargo, todo indica que el vínculo descendiente lo rompió de manera definitiva el accidente doméstico...

Daniel acaba de cumplir el trámite tradicional de presentarles a sus padres su novia formal y ambos se disponían ya a dejar atrás el bloque de pisos de la vivienda familiar. Para ello, antes tuvo que acercar sus ojos al sensor de reconocimiento de iris dispuesto por la comunidad de vecinos para la apertura autorizada de la puerta principal del...

Aquel atardecer de primavera transcurría en el parque como otros muchos momentos donde parejas adolescentes aprovechaban el progresivo declive luminoso para entregarse a sus ilusiones de amores prematuros. En uno de sus rincones más apartados se localizaba una estampa relativamente común en este recinto ajardinado; unos enamorados besándose en un...

Como cada mañana, Isiah Brown pasa los primeros momentos del alba en el porche de su casa, sentado en su vieja mecedora y con la mirada puesta en algún punto de un horizonte amenazadoramente cercano. La mañana es espléndida y lo único que rompe la quietud del lugar es el fino hilo azulado que asciende de su pipa, humo apenas...

El disgusto a mis padres desde luego se lo di. Mama lloró sin parar hasta el día que partimos y supongo que luego ha seguido. Mi padre, excombatiente de la guerra, tuvo que tragarse las lágrimas y reventar por dentro tras ver como un hijo suyo se alistaba a una operación que, hasta ese momento, él había loado como la...

Hace tres días que mi marido se fue de viaje. No pudo evitar que nuestro fin de semana se truncase por un compromiso de trabajo. Me dijo que se trataba de un cliente importante y que, cuando tuviese un momento libre, se pondría en contacto conmigo. Javier es una persona paciente, un trabajador infatigable, un marido que, como dice Rosa...

- Mira, Laia, es que no sé qué hacer. Me acuerdo al principio, cuando íbamos al monte los fines de semana, a Collserola, al Tibidabo, qué manera de correr entre los árboles, qué energía, trepando por los senderos que picaban hacia lo alto. Era para verlo, él siempre el primero, abriendo camino. Y ahora, ya ves. Se pasa el día...

Le duelen los ojos al pestañear, los refriega confusa y desencaja la mandíbula en un bostezo. No recuerda con exactitud por qué se había ido a dormir angustiada. Un recuerdo próximo la mantiene incomoda. Dicen que es bueno estar incómodo. Mira el techo y piensa en peluches, los suyos que la miran apilados en una silla; rosa, su color favorito....

El veterano juez Butler masculló entre dientes y luego resopló contra la toga que vestía -aunque ya por poco tiempo-. La demanda, si bien no exenta de glamour ajeno al demandante, le pareció absurda y aderezada con un desmedido afán de protagonismo. En sus muchos años de judicatura, Butler las había visto de colores para todos los gustos; desde el...

Dejo cada mañana a la brisa que calme ese golpe de calor brusco con el que me recibe el sol. Le gusta sin duda, que el sudor brote generoso y me moje toda. Camino despacio, mi corazón amordaza mis pies y los obliga a llevar un andar macilento, que me incomoda bastante, pero que no puedo cambiar.

Querida Máquina:
Compañera inerte de mis silencios llenos de palabras. Esta tarde he creído por unos momentos ahogarme dentro de mis lágrimas y me he apresurado a contener la lluvia de mis ojos, anudando en mi garganta, queja, a queja los sollozos para regalarle a este día gris que me atormenta un ramillete con todos mis despojos.
Solo...

Resonaban las sirenas de la ambulancia cuando Juan, de un manotazo, apagaba el despertador. Era la tercera vez que sonaba y su compañera de cama volvía a recordarle que tenían que levantarse para ir al trabajo.
A Juan no le importaba llegar tarde, él era su propio jefe, sus clientes fijos le estarían esperando, un día más, haciendo...

Pilar salió de su casa de toda la vida. Cerró con llave la verja donde campeaba un cartel de "se vende", que ya no era necesario porque la venta se había materializado apenas quince días antes. Un constructor se había encaprichado de aquella casona-villa de estilo neovasco por la que había desembolsado una suma considerable. La mudanza ya estaba...

A las ciudades las caracterizas por sus desventajas: molestias de calles, autos y gentes, dispuestas en mantener el problema. Y especialmente en esta calle... hija de puta
Espero en el semáforo de la calle "chance". Cambia de luz. Las gentes caminan: lentos, acumuladas. Y debería yo pasar. Pareciera que cuando las multitudes vienen en sentido...

La entrada de la primavera las coge en el lugar de siempre y con la misma gente. Desde hace unos años, no más de tres o cuatro, ellas se reúnen bajo el manto y el abrigo de El Café Español, un lugar pequeño y muy acogedor del centro de su València. El lugar les ofrece cobijo y su calidez las...

Entre la humedad de la niebla se abre camino el eco de una sirena. Son las seis de la mañana, la hora del cambio de turno en la fábrica de conservas. «Ya falta poco para que amanezca», piensa una anciana, Maruxa, que se encuentra tirada sobre un suelo de madera desgastada en la habitación de un edificio antiguo de tres...

Corría el año 1981. Sentado en la banqueta del barracón, mataba el tiempo leyendo una de esas novelas de bolsillo de western; otro día más igual que todos los de ese año 1981, pensó. El campamento estaba en Castellón de la Plana y no terminaba de entender cómo era posible que hacer estuviese allí en aquellos días con las fiestas...

Le he pedido a mi madre que me corte el pelo. Bueno, se lo llevo pidiendo desde los tres años, pero hoy, ya con seis, se lo he exigido. Quiero usar pantalones y no volver a ponerme un vestido nunca más. A ver si los mayores dejan de llamarme rayito de sol por el azul de mis ojos y esos melifluos bucles dorados que adornan mis hombros....