Tu relato (2020)

Relatos participantes en la convocatoria del III Premio Café Español 2020 (Relato corto). Su Jurado lo preside el escritor Alfredo Conde, Premio Nacional de Literatura y Premio Nadal de Novela.

Aquí puedes encontrarlos tal como se publicaron en Facebook y no se podrán hacer modificaciones.

El Premio literario Café Español (Relato Corto) se convoca y difunde exclusivamente a través de las redes sociales para que las obras presentadas y sus autores/autoras no queden en el anonimato, ocultos por el relato ganador.

La familia Rosablanca (Córdoba y Ciudad Real) convoca este Premio en español a nivel internacional desde Villanueva del Rey (Córdoba).

El centenario "Café Español" existe.

Me encontraba en un tren de media distancia, con un libro por empezar sobre las rodillas y a punto de ponerme los cascos para evitar el sonidito horrible que hacía al masticar el hombre que me había tocado como acompañante. Todo apuntaba a que iba a ser un viaje tranquilo. Abrí el libro y escondí mi cara tras él,...

Marta y yo creímos haber hallado la fórmula de la eterna juventud. Así lo probaban al menos los ensayos realizados sobre animales. Aquel frasco de líquido azul brillante era el resultado de muchos años de trabajo, el final de un proyecto que parecía desde su inicio condenado al fracaso y en el que habíamos perseverado pese a los continuos...

Como cada mañana sale a la calle en la misma dirección, siempre a las 7:45 sale de su casa para ir a verla, cada día el camino se le hace más largo, sus piernas no son lo que eran, haga frío o calor, llueva o nieva, no puede perder la cita con el amor de su vida, la misma rutina desde hace cerca 5 años....

Miró sorprendido el revolver que sujetaba en su mano derecha. Estaba caliente y el humo tenue que salía de su cañóndesprendía un inconfundible olor a pólvora. Acercó su mano a su sien derecha. Pudo palpar un círculo caliente allí donde el disparo había chamuscado la piel, en el mismo lugar en que el arma había presionado su cabeza. No había...

Salí del metro deprisa, con ansia. No quería llegar tarde. Aunque sabía que iba con tiempo, ya me había invadido, como siempre, la angustia que me agarrotaba cuando visitaba a mi madre en el hospital. La misma, por otra parte, que se apoderaba de mí un rato después cuando no veía el momento de salir de allí y respirar el aire de la calle....

Pisábamos las hojas para oírnos hablar con su crujido de fondo como cuando paseábamos por el pinar del pueblo en vacaciones. Era una forma de evocar aquellos veranos de mi niñez. Estas hojas eran menos mullidas que las agujas de los pinos, y aunque la residencia estaba en la calle Pinar, los árboles del jardín eran plátanos y alguna albicia,...

El gato, en el paredón, imbuido de la majestuosidad de las deidades egipcias, estira el cuello. La cabeza queda suspendida sobre el patio, en cuyo fondo se destacan dos naranjos deshojados. Mira aquí, mira allá, estudia las sombras que dibuja la luna llena.

Recuerdo lo primero que pensé, cuando me puse el abrigo largo y encaré hacia la puerta del fondo: «esto me pasa por estar casada con un imbécil». Él también oyó el ruido, estoy segura. Lo negó y se dio vuelta. Supe que me quedaría sin dormir el resto de la noche si no averiguaba la fuente de ese crujido. Cuando...

Desde su ventana londinense vio el skyline que cada día guardaba en su cámara. Luces y colores que, sin poder ni querer evitar, le recordaban aquellas noches de verano en las que eran los únicos protagonistas. Imposible olvidar su mirada, sus labios, su cuerpo, que nunca fue uno, y su silencio.