"Y aún no te conozco..." de Fernando Gálligo Estévez

13.10.2020

Ya sabes que te escribo sin que todavía te conozca, por lo que te extrañará que aún siendo así sin embargo lo haga pero necesito tanto comunicarme contigo.

No sé si llegará el día en que nos conozcamos a fondo, bien que me gustaría que así fuera por fin, más por mí que por ti. Lo deseo tanto que querría que fuera mañana mismo.

Sin embargo sé que es muy difícil que suceda, aunque estés muy cerca de mí con tanta frecuencia.

Me pongo nerviosa sólo de pensar que por fin sucediera, que ya no hubiera distancias entre tú y yo, que tampoco existieran secretos y que con sólo mirarnos nos entendiéramos sin necesidad de hablarnos.

Necesito tanto encontrarte que no paro de buscarte cada día, me ilusiono cuando creo reconocerte con tu mirada brillante y tu sonrisa tímida.

Luego se desvanece el sueño de hallarte difuminándose la ilusión, alejándose mi alegría y quedándome sin esa dicha. Se me pasan las horas en ensoñaciones tibias, retazos de tristeza entremezclados con risas, sigo estando revuelta de sentimientos desde que amanece hasta que la noche me duerme.

Sigues sin aparecer por mi vida dejándome tan vacía, gastando mis días en proyectos e ilusiones al aire que nunca se cumplen al no ser compartidos contigo.

De nuevo intento encontrarte en cada mirada que se cruza en mi camino cada mañana, trato de hallarte en las voces que oigo pero nada ni nadie me satisface.

A veces incluso me miro al espejo para buscarte incluso más allá de las sombras y reflejos, de tus desaires y
desplantes.

Si supieras cuánto te anhelo, te deseo y te necesito, dejarías de rehuirme para pararte conmigo al menos un rato y empezar a conocerme un poco.

Ya no sé que hacer para encontrarte, te busco sin descanso y tú te alejas a cada rato.

Si pudiera adivinar cómo gustarte, complacerte y agradarte pero tu silencio hace que ignore tus deseos.

Cualquier día si te encontrase por fin yo descansaría de mi ansiosa búsqueda al tenerte a mi lado.

Me preguntan con frecuencia mis amistades si aún no te he conocido, sorprendidas por mi letargo, y cuando les digo que sigo sola me compadecen sin embargo.