"Un secreto en la vejez" de Patricia Quinatoa Vera

23.09.2020

Nicolás creció oyendo a su abuelo decir "El olvido no existe completamente, el tiempo solo se encarga de engañar la mente con un olvido vano". Realmente siempre tuvo curiosidad por conocer a qué se debía la tristeza de su viejo, no era algo que haya enfadado a su abuela, porque el anciano jamás dejó de hacerla feliz como se lo había prometido cuando se casaron, pero Nicolás cada noche lo observaba mirar el cielo como pidiendo ver algo o alguien, incluso mucho antes de que la salud de Hugo se deteriorara.

El anciano opta por ir a su pueblo natal después de cuarenta años de servicio en la fuerza naval. Ahora todos están encantados con la idea de cambiar de ambiente por algunos días.

Mientras la avioneta aterriza, Hugo observa el cambio drástico del paisaje, pero su mirada se centra en un lugar especial desgastado por el paso de los años pero que aún sigue conservando algo de vegetación. Perplejo empieza a tener recuerdos de su niñez y juventud e imagina a una joven dando vueltas con los brazos estirados y sonriendo sobre varias hojas frescas. De pronto escucha la voz de su nieto cuestionando su estado. El anciano reacciona y se queda en silencio por un momento, luego asienta la cabeza lentamente con una sonrisa a medio hacer desde sus labios arrugados.

La avioneta aterriza en medio del jardín, bajan y se dirigen a la antigua casa de Hugo, abren la puerta, desempacan y empiezan a sacar el polvo. Mientras su esposa y Nicolás dan un recorrido por la vivienda, Hugo se dirige a su habitación, escudriña entre sus cosas viejas y encuentra un cartón bajo la cama. Se sienta, lo abre y se queda atónito al ver lo que se encuentra en el interior, ingresa su mano temblorosa hasta sacar dos anillos a base de ramas muy finas con detalles de pequeñas hojas secas alrededor y una fotografía antigua en la que se hallaba con una hermosa joven de mirada apacible. El anciano no puede soportar más y suelta un profundo lamento.
Inesperadamente, Nicolás abre la puerta, se encuentra mirando confundido al anciano y se sienta junto a él. Hugo vuelve en sí, mira a su nieto. Aún con la foto en su pecho, se sienta. De pronto ambos escuchan a alguien llamando afuera de la casa, Hugo se intriga al escuchar aquella voz y se aproxima a la ventana, la joven se encuentra de espalda tiene una cabellera muy larga, el anciano pide a Nicolás que salga a verla, es la joven de la base naval encargada de repartir las medicinas. La muchacha se voltea hacia Hugo y sonríe. Él se queda aturdido, ve en ella a su Ana, era como si la vida le regalara un capricho al anciano para que pudiera verla por última vez.

El anciano se lleva una fuerte emoción al ver el increíble parecido de aquella joven, retrocede, cae sobre la cama con la foto aún en su pecho y sonríe. Su esposa toca la puerta, al verlo tendido, lo llama repetidas veces, pero Hugo no responde. Ahora solo se escucha el grito desgarrador de su esposa sobre el rostro sonriente de Hugo.