"Treintena" de Esther Aricha Reviriego

28.10.2021

Cuando me decidí a escribir esta carta no lo hacía con un objetivo claro, simplemente necesitaba dejar constancia en qué punto de mi vida estaba. Necesitaba hacer un repaso mental de todo lo que había vivido en mis escasos veintinueve años. Saber de dónde venía y a dónde quería ir. La típica reflexión que hacíamos con nueve años a nuestro diario cuando el problema más importante que teníamos era que la profesora nos había regañado.

Ahora a punto de entrar en la treintena me pregunto ¿soy feliz realmente?

Complicada la pregunta, pero mucho más complicada la respuesta. ¿Qué es ser feliz? ¿Tener un trabajo con un sueldo relativamente bueno? ¿Una pareja que te quiere? ¿Una familia que está cargada de salud? Si esos fueran los requisitos tendría que ser inmensamente feliz... Entonces ¿por qué me siento así?

Pertenezco a esa generación a la que se nos ha dicho que nos íbamos a comer el mundo. Que lo teníamos todo para triunfar, para tener una vida mejor que la de nuestros padres. Y en cambio chocamos con la cruel realidad de distintas crisis económicas a lo largo de los años que nos impiden lograr todo eso que nos prometían. Y al final creo que todos nos frustramos.

Yo particularmente siento que tengo una preparación lo suficientemente buena como para poder desempeñar un puesto mejor del que tengo. Y se lo debo todo a mis padres, que con su esfuerzo continuo apostaron por mí, por darme un mejor futuro.

Y en cambio aquí estamos, empezando a vivir, empezando a crearme un camino con los mismos años con los que ellos ya tenían formada una familia. Y creedme yo también quiero tener una familia, pero tengo la sensación de que antes de llegar a eso tengo primero que vivir. Necesito viajar, conocer culturas, ver sitios que me sorprendan. Empaparme de todo lo que el mundo puede ofrecerme. Salir de fiesta, ir al cine, de cena. Ya sea en compañía de mi pareja, o de mis amigos. Vivir experiencias en definitiva.

Y para todo eso se necesita algo que en esta época tampoco tenemos. Tiempo. Vamos deprisa a todos lados. Vivimos rápido sin pararnos un segundo a ver lo que tenemos alrededor. Conectados a un móvil que nos acerca a todos sitios pero a ninguno realmente. Más preocupados por lo que le pasa a tu cantante favorito al otro lado del charco que por cómo se encuentran tus abuelos que viven a dos calles de tu casa.

Quizá estas reflexiones me las haga solo yo. Quizá solo sea la futura astenia primaveral que me tiene ya descolocada por dentro. Lo que tengo seguro al cien por cien es que este año me voy a comer el mundo. Este año todo aquello que he ido dejando pasar lo voy a poner en un primer plano. Voy a reír, voy a sentir y sobre todo voy a vivir.

Hoy trece de marzo de dos mil veinte, empieza mi nueva vida.

••••••••••

Imagen: Obra del pintor Ciro Marra (Roma / Barcelona)