"Sueños en amarillo" de Noemí García Jiménez

28.07.2022

Sueños pintados de amarillo guardados bajo el tupido manto de nubes de la gris rutina. Desde hace poco más de dos años, solo ella preside su vida, o quizá fue antes.

Cada día es idéntico al anterior. Es lo único que piensa cuando al irse a acostar, cierra la persiana del dormitorio. También con ese gesto comienza su día. La persiana, ella marca el comienzo y el fin del día.

Una mochila como único equipaje, una carretera y una libreta con anotaciones de esos sueños aplazados son los que hace unas horas, con los primeros tonos amarillos del amanecer, le han llevado a acabar con esa monotonía.

Al anochecer, no cerrará de nuevo la persiana o, al menos, no será la misma que las anteriores noches. Quizá duerma bajo las estrellas, ¿por qué no?, la temperatura nocturna en esa época del año es agradable y es algo que no ha hecho en muchos meses.

Con el coche parado a un lado de la carretera, revisa su libreta de pastas amarillas, aunque conoce de sobra lo que pone en cada hoja. En la última, hay solo dos palabras: el nombre de una localidad y un nombre femenino. Volverá al lugar donde tomó la decisión equivocada, esa que ha condicionado en parte su modo de vida, aunque también fue llevado por su orgullo. Esa necesidad de ser más, le llevó a vivir en una gran ciudad sin más compañía que su portátil.

A pocos kilómetros de la meta, confía en que no sea demasiado tarde y pueda rectificar su error. Su vida, lejos de allí y sin ella, carece de sentido.

Por la tarde alcanza su destino, se adentra en ese irregular trazado urbano que tan bien conoce. Al poco, bajo los últimos rayos amarillos de la tarde, se da cuenta de que el pasado no vuelve. En esos dos años, después de que él la dejara, ella ha rehecho su vida, como puede ver desde el otro lado de la calle con sus propios ojos, y él ahora no es nadie para reclamar su puesto, solo un fantasma del pasado con sueños perdidos.
Por una vez es consciente de que una oportunidad como aquella nunca vuelve.

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Imagen: Obra de la pintora Edurne Gorrotxategi (Getxo, Bizkaia)