"Rusty" de David Monge Vargas Heredia

30.08.2022

Corría presuroso mientras el viento peinaba su cuerpo, extrañamente no se sentía cansado como otros días, quizás porque esta vez tuvo suerte de encontrar un festín mañanero que le llenó de energía, platillos revueltos tirados por un restaurante la noche anterior y que su nariz, inequívocamente, le indicó que aquello era un manjar. Sin pensárselo, rompió la bolsa negra y sumiendo el hocico por la abertura, comió a sus anchas al despuntar el alba, aunque aquella aventura para suprimir los molestos dolores de su barriga, le había costado varias horas de camino desde su estancia.

Sus cuatro patas mantenían un ritmo constante, cruzaba las calles más con suerte que con cautela, girando de vez en cuando su cabeza vigilando al sol, su luz no debía desaparecer antes de completar su recorrido, eso era primordial. Un hombre en bicicleta, recorría la acera en el justo momento en que el viejo pastor alemán terminaba de cruzar la carretera a toda velocidad, en el revuelo, el hombre logró estabilizarse, pero las cuatro patas no lograron asirse al concreto pulido y Rusty giró varias veces sobre sí mismo hasta golpear pesadamente el muro de una casa, su ya crónico dolor de columna se acrecentó, acostado, miró al sol jugando a las escondidas con las nubes, debía continuar, se puso en pie y siguió presuroso.

Las horas se le habían pasado volando luego del desayuno, primero intentó atrapar un gato, pero ágilmente se le escabulló trepando a una ventana, recuerda haberle ladrado no más de media hora; - ¡Si yo fuese más joven, no se me escapaba! - pensó mientras una enorme sonrisa conquistó su rostro al recordar que más tarde, encontró un balón roído y desgastado - ¡El cielo está de mi parte! - se dijo cuando lo vio, hacía tanto tiempo que no jugaba, que las horas se le escaparon como el viento entre las hojas de los árboles que le cobijaban en aquel lejano lugar a donde el hambre lo había llevado.

Rusty continuaba corriendo, ahora fuera de la ciudad, por calles empolvadas y llanuras verdes. La primera vez que recorrió aquel maravilloso lugar, lo llevaba el señor Antonio en su viejo camión siendo un cachorro, hizo casi todo el viaje parado en dos patas asomando su cara por la ventana; la brisa le acariciaba, susurrándole al oído un bienvenido. Le encantaba vivir con el señor Antonio, él lo cuidaba, lo alimentaba y lo llevaba al río, su lugar favorito. Rusty no podía regresar luego a casa sin llevarle una rama de regalo a su querido señor Antonio, quien reía mirando cómo se las ingeniaba para cargar en su hocico la incómoda rama hasta la casa, esperando luego que el señor Antonio se lo agradeciese con sendas caricias.

- ¡El regalo! -recordó Rusty, el sol casi se ocultaba tras las montañas, no podía perder más tiempo desviándose hasta el río, debía llegar antes del anochecer - No debí alejarme tanto - pensó, además los estragos del golpe y su edad, le pesaban más que las ramas que podía cargar y no tenía suficiente energía.

Corría con el afán que su cuerpo le permitía, decidido a evitar la oscuridad, esa que llegaba con sombras que solo él notaba y que le asustaban mucho, solo al lado del señor Antonio se sentía seguro y valiente. Ya vislumbraba la entrada de su estancia, la que desde hace pocos años comparte con otra gente, ahí con esas personas estaba ahora el señor Antonio, ya no jugaba con él, ni lo alimentaba, ni se bañaban en el río, pero lo que más extrañaba eran sus caricias y su alegre risa.

Cruzó la entrada, la noche se adueñó de todo el lugar y Rusty esquivando a las personas, buscaba con anhelo el sitio donde siempre estaba el señor Antonio, cansado y casi sin aliento, lo pudo ver caminando de un lado a otro, Rusty estaba feliz de nuevo, ya no tenía por qué preocuparse, estaba al lado de su querido amigo, que al igual que todas las noches, recorría el cementerio junto con los demás difuntos hasta el amanecer.

Rusty miró de reojo la pila de ramas junto a la tumba y pensó - Espero no se dé cuenta que me olvidé de traerle una hoy.

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Imagen: Obra del fotógrafo José Carlos Nievas (Córdoba / Murcia)