"Quimera" de Virginia Cortés Moncó

09.09.2021

Treinta años habían pasado desde que Tomás, con su flamante titulación, abriera su agencia de detective privado. Un sueño hecho realidad.

En la puerta de la agencia rezaba un letrero con el nombre de "Thomy, Larry & co. Detectives" y debajo del pomposo nombre en letra diminuta añadió la palabra "Quimera".

Cuando recién abierta la agencia su amiga Nina le preguntaba ¿por qué ese nombre, por qué esa profesión?, Tomás, con la amabilidad que le caracterizaba, le contestaba que quién en su sano juicio le pondría a una deslumbrante agencia "Tomás Laredo Cortes", que era su verdadero nombre y que así, aunque era solo uno, parecían tres, como Romeo y Julieta, como los amantes de Teruel. Nina reía con ganas cuando Tomas repetía aquella absurda broma.

En cuanto a la elección de la profesión, ésta era su vocación desde la infancia. Le apasionaba desde niño, desde que veía con verdadero fervor las películas del inspector Colombo, aquel desaliñado y cargante investigador que tenia una mente preclara para resolver casos, aunque solo fuera por aburrimiento de los investigados.

La verdad es que a Tomás le hubiera gustado ser hippie, pero su familia era pobre y no podían costearle esos lujos. De manera que se conformó con la carrera y la ayuda para emprender el negocio del que llevaba comiendo toda su vida.

El añadido de "Quimera" que situó bajo el nombre de los tres falsos investigadores lo añadió posteriormente y como resultado de la experiencia.

Su profesión, exceptuando algún que otro caso de fraude laboral, se movía, como él decía, entre cuernos. Las infidelidades copaban el grueso del trabajo, por lo que consideraba que el amor era una quimera y así quiso expresarlo en aquel mini rotulo.

Hubo, sin embargo, no hacia mucho tiempo, un caso que le conmovió y le hizo creer que igual estaba equivocado y el amor eterno era posible.

Una tarde lluviosa se presentó en la agencia una dama que quería contratarle para investigar las ausencias del marido. Hasta aquí nada extraño, pensó.

El perfil sí era menos común ya que la dama tenia setenta y ocho años y el marido ochenta.

La mujer le contó que hacía más de tres meses que el marido tenia un comportamiento raro, desaparecía todas las tardes sin decir a dónde iba.

En ocasiones regresaba a casa con flores, en otras sin nada, pero siempre triste, muy triste.

A Tomás le produjo tal ternura aquella mujer que acepto de inmediato el caso.

No mucho tiempo después, y por primera vez en su vida, Tomás, rompiendo el código deontológico y saltándose a la torera la ética profesional, charlaba con la mujer y le explicaba amablemente que no tenía de qué preocuparse. No había otra mujer, sencillamente en su marido empezaba a hacer estragos la demencia senil y el pobre hombre se despistaba con frecuencia. Cuando esto ocurría, se sentaba en un banco con su anillo de bodas en la mano esperando que ese tacto familiar le devolviera la memoria y le pusiera en camino a casa.

Tomás no le cobró el trabajo y la mujer, resplandeciente, le agradeció el peso que le había quitado. Esa tarde recibió con una caricia en la cara a su desmemoriado y anciano esposo. Cómo podía Tomás explicarle que sí, que efectivamente ese pobre hombre visitaba tarde tras tarde a quien había sido su amante desde hacia más de cincuenta años. El amor de su vida y por quien daría la suya propia y que ahora se debatía entre la vida y la muerte esperando su cercano final en la cama de un hospital.

Cómo explicarle a aquella amante mujer que su marido la quería de verdad, pero que su verdadero amor había tenido que vivirlo en la clandestinidad y que le pesaba como una losa que hubiera sido así, pero que no pudo, para su desgracia, hacerlo de otro modo. Que la ignorancia y la sociedad no le dejaron vivir un amor pleno con su compañero de vida, Ramón.

Después de algún resquemor de conciencia, Tomás se reconcilió consigo mismo y nunca se arrepintió de haber faltado a su ética profesional.

Sigue sin creer en el amor, solo cree en aquella historia.

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Imagen: Obra del pintor Ciro Marra (Roma / Barcelona)