"Pamema" de Juan Manuel Pérez Torres

22.10.2020

(Para Pili, para Inma, para Susana, yo dedico.)

¿Los saltos en el tiempo son ciencia ficción? Sí, al menos de la forma en que estamos acostumbrados a saber de ellos por las novelas y las películas: Alguien visita físicamente una época cierta ya pasada, o un tiempo incierto e inventado.

Las técnicas narrativas juntan lo físico con lo inmaterial intercambiando lo uno y lo otro para disfrazar la historia con cierta verosimilitud, ya sea fantaseando tecnologías (basadas en las actuales) traídas del futuro o simplemente colocando las que ya tenemos en tiempos en los que aún no existían. De una forma o de la otra, el resultado nunca es una historia que te puedas creer del todo sino más bien una historieta artificiosa más o menos absurda.

Digo esto para reafirmarme en el convencimiento de que lo que os voy a contar ahora no es ciencia ficción.

Siendo aún niño, cierto día mientras hacía los deberes, un adulto (no recuerdo quién) miraba fotos que iba tomando de una caja. Yo estaba sentado enfrente de forma que no veía las fotos sino su dorso y me llamó la atención una que estaba dedicada por detrás. Con bonita letra ponía "Si tú quieres siempre estaré contigo, mi amor", y luego el símbolo de infinito y una fecha muy borrosa, ilegible. Entonces pregunté quién estaba en la foto. Sin enseñármela me dijo: "Alguien que te volverá loco". Yo no entendí la respuesta, cosas de los adultos, pensé y seguí con mis deberes.

Nunca me he acordado de esto en tantos años como han pasado. Pero el otro día una amistad colgó en redes sociales una foto de su niñez mostrando una inocente escena de juegos infantiles que me resultó fascinante. Yo le di a me gusta y le pregunté con quién estaba jugando en la foto. Qué sensación tuve toda la noche al leer su respuesta: "Alguien que te volverá loco". Algo se removió por mis adentros y los mecanismos de la memoria hicieron aflorar aquel recuerdo olvidado. Casi sin dormir. Toda la mañana nervioso, ya a medio día, me puse a buscar aquella caja de fotos. Seguro que estaba guardada con todos los efectos personales de los familiares desaparecidos. La encontré. La volqué. Todas las fotos boca abajo. Buscaba aquella dedicatoria. Allí estaba. La leí. La cogí. Le di la vuelta. Eras tú, mi vida, eres tú. No es ciencia ficción. Si tú quieres siempre estaré contigo, mi amor.