"Ojos verdes" de Eva María García Romo

12.09.2022

Se incorpora, está empapado, la ropa manchada. Leche, hay leche por todas partes. Debió de caer de la jarra, que alguien dejó en el mostrador.

Jesús solo recuerda un hombre que no para de gritar, un rostro que no conoce y una faca enorme en la mano. Puñaladas.

¡Qué caló! - piensa. Las imágenes se diluyen... suena "Ojos verdes" y él la canturrea - ¡Igual que la hierbabuena...! -. En pie unos minutos, hasta que se desploma.

La música también se detiene ... acababa de echar dos perras chicas, para que volviera a sonar ... "Ojos verdes, verdes como l'arbahaca, verdes como er trigo verde" ...

Trinidad viste blanco pulcro. Un charco de sangre tiñe de rojo su espalda. No deja de mirarle y tumbada a su lado le sonríe. Nota como un sueño pesado le ahoga y la aparta de él. Sabe que la muerte ha venido a llevársela.

"El Olé" es de esas antiguas tascas con paredes pintadas de verde horrible, "verde como el trigo verde" ...para apoyar la cabeza a la hora de la siesta. Al fondo un viejo tocadiscos aguarda en silencio, que alguien despierte sus canciones. Por fin eligen "Ojos verdes" por Doña Concha.

Jesús, en el extremo de la barra con su vaso de hierbabuena como todas las tardes, espera volverla a ver. Solo fue aquella tarde lluviosa, cuando empapado entró en ese antro. Trinidad cantaba todas las coplas de la Piquer. Y al fin llegó - "Triniá, ¿dónde te habías metió? ¡Que la parroquia no veas si se ha quejaó, reina... vamos, arrea vístete y canta de una puta vé!! - le gritó su jefe. ... "Ojos verdes, verdes como l'arbahaca" ... entonó contoneando sus caderas y luciendo generoso escote. No la quitaba vista sin hablar, hasta que ella lo hizo.

- Mis ojos verdes, verdes como el verde limón, brillan más que las joyas de la dueña de esto -Trinidad afirmó. - Gachó, qué ... ¿me invitas a un trago? ¿echamos un pito también?, ¡Anda, que hoy estás de suerte, rey! -.

Confundido, saco tabaco de liar y pidió dos hierbabuenas.

Sonaba otra vez. "Ojos verdes, verdes como l'arbahaca verdes como er trigo verde ..."

Cuando el último borracho salió, Trinidad se quitó su bata de cola blanca, regalo de un cliente generoso y desaparecieron.

Al despertar a Jesús le quedo el olor a hierbabuena de la piel de Trinidad en las sábanas, y un gusto de menta y canela. En la mesilla encontró un pasquín arrugado de "El Olé" con la foto de su amada y mal garabateado su nombre con un - "ha estao bien, te veo esta noche"-. Para él ya no habría más amaneceres que merecieran la pena. Nunca se había enamorado, y esta vez lo hacía hasta las trancas.

No faltó ni una tarde sin dejar de pensar en Trinidad y su mensaje. Echaba unas perras y elegía lo mismo. Incluso canturreó parte de la copla, recordando aquella noche de mayo, que la conoció y nunca más volvió. - "Y nunca otra noche más bella de mayo he güerto a viví. Ojos verdes, verdes como l'arbahaca verdes como er trigo verde, y el verde, verde limón ..."

Entonces entró Triniá ataviada de blanco radiante, cantando la copla muy alto. - ¡Qué mal lo haces prenda! - le dijo a Jesús, que no paraba de sonreír. Ninguno de los que allí estábamos esa tarde, nos percatamos de la mirada de unos ojos negros que, desde el otro lado de la barra observaban.

Jesús pasmado la susurró - "para mí ya no hay soles, luceros ni luna, no hay más que unos ojos que mi via son. Ojos verdes ..."-
En cambio, los oscuros no pertenecían al tipo de hombres que se dan por vencidos. Sabía que ella volvería a entonar la maldita copla ... y no para él.

Sin dudarlo y con esa faca brillante cambia el final. Puñaladas... Leche, leche por todas partes. Debió de caer de la jarra, que alguien dejó en el mostrador. Lo último que ve es a Trinidad, cuya sangre tiñe de rojo su espalda.

- "Ojos verde verdes, con brillo de faca que s'han clavaíto en mi corazón" - exhala.

••••••••••
Imagen: Obra de la pintora Rosa Salinero Rojas (Vitoria / Ciudad Real)