"La vida" de Germo

28.10.2021

Hoy, después de unos días de vacaciones de verano, me reincorporé al trabajo. De nuevo, fue un verano de lo más extraño, un verano pandémico...

Al poco de ausentarme con tal motivo, una compañera me avisó con un mensaje de que había fallecido la esposa del portero del edificio donde tenemos la oficina. Estaba muy impresionada, porque dos días antes era la última vez que la había visto, sentada, como siempre, al lado de su marido, y saludando, como siempre, a cada paso por el mostrador.

Por ello, como primera tarea de la vuelta a la realidad, tenía en mente, antes que los correos electrónicos atrasados y las reuniones pendientes de concretar, dar el pésame a Pepe.
Cuando he entrado al portal, como si nada hubiera pasado, su saludo con una sonrisa, "Buenos días D. Manuel" (a pesar de que, desde el primer día, le dije que, por favor, ni D. Manuel ni de usted, no ha habido manera...) ..., pero era una sonrisa triste y tenía los ojos humedecidos, al borde de la lágrima, casi tres semanas después del desastre, de su desastre...

"Tenía una cosa muy mala, D. Manuel, le dieron el resultado un día y al siguiente se fue..."

He pasado todo el día pensando en Pepe, en la complicidad que tenía con su mujer y que todo el mundo veía, y en lo que pasaría por su mente ahora, sin ella al lado, mirando hacia el portal, con los ojos mojados, esperando a dar indicaciones al próximo que entrara despistado, o a saludar, como cada día, al aparejador del tercero o a la abogada del primero...

Estamos equivocados, en los tiempos que corren. No siempre sabemos fijar la mirada en lo que verdaderamente importa. Trabajas, viajas, tienes momentos efímeros de felicidad... y un día llega la realidad y te abofetea.

Anoche, después de unos días de vacaciones, llenamos la nevera y fuimos a la Cruz Roja a ver a una recién llegada al mundo y a la familia.

La vida...

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Imagen: Obra del pintor Ciro Marra (Roma / Barcelona)