"La joven del cuaderno azul petróleo" de Atilano Sevillano

06.09.2021

En la vida de cualquier persona llega el día a partir del cual ya nada será como antes. Ulises decidió desechar la ruta habitual y en vez de rodear decidió atravesar el campus por su paseo central. El sábado por la mañana el campus estaba prácticamente desierto. Ulises iba enfrascado en sus pensamientos camino de la consulta médica, sin embargo reparó en un bolso abandonado sobre un banco. No sin cierto temor se acercó sopesó el bolso y lo abrió y entrevió algún cuaderno, libro y efectos personales femeninos. Lo cerró enseguida y empezó a elucubrar: una joven, probablemente alumna de posgrado ha sufrido un robo y el ratero lo habrá abandonado aquí una vez sustraído el monedero y el móvil. Así que lo asió con la intención de depositarlo en la comisaría más próxima atrochando por calles secundarias. Llegado a la puerta de la comisaría y sin saber muy bien por qué, cambió de parecer y se dirigió a su vivienda.

Ya en casa tiró con suavidad de la cremallera central y por su enorme boca se vertieron diversos objetos que le parecieron incontables: dos frascos, un neceser, un pintalabios, algunos recortes de prensa, una revista, un libro, un manojo de llaves, un par de bolígrafos, un álbum pequeño de fotos... Lo que más le llamó la atención fue algo que parecía ser una agenda de formato libro, pero que en seguida comprobó que se trata de un grueso cuaderno de cubiertas rígidas de color azul petróleo. Se dispuso a hojearlo en busca de algún indicio sobre la identidad de la joven: nombre, apellidos y dirección. Solo encontró en el centro de la primera página garabateado con tinta negra el hipocorístico de Beatriz.

En la mañana del lunes Ulises Muñoz se dirigió a su lugar de trabajo. Nada más llegar a su despacho de profesor asociado de la universidad con contrato anual repasa las listas de sus alumnos con la remota e improbable esperanza de que alguna de sus alumnas llevará el nombre de la joven del cuaderno azul petróleo. Media hora más tarde se dirige a la secretaría del Departamento de Literatura Española y Teoría de la Literatura y Literatura Comparada a fin de consultar el listado de todos los alumnos matriculados en algunas de las materias impartidas por el departamento con el pretexto de una investigación sobre "La construcción sociocultural del género".

Quince minutos después la secretaria le entrega el listado completo. Encontró tres jóvenes universitarias cuyo nombre de pila era Beatriz. Ulises empezaba a sentir cierto optimismo en su empresa y pidió las fichas correspondientes, mas ninguna de ellas respondía a la imagen que de la joven había encontrado en el pequeño álbum.

La hora libre que aún le faltaba para impartir su próxima clase la llenó con la lectura del cuaderno azul petróleo de la joven Bea. Leyó y releyó el encabezado de la segunda página: "El Proyecto del Profesor" y pensó que el mero título no prejuzgaba nada, pues textos que responden a ese título eran de fácil coincidencia. Pero a medida que proseguía la lectura se iba sintiendo cada vez más y más perplejo. Una vez leídas las cinco primeras páginas se percató de que lo que leía se correspondía palabra por palabra con el comienzo de la novela que él mismo estaba intentando pergeñar. A partir de ese momento le asaltó la duda de si entregarse de lleno a su labor detectivesca o centrarse en la escritura de su novela, que al final vendría a ser lo mismo. Tanto lo uno como lo otro le exigirían todo su esfuerzo y empeño.

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Imagen: Obra del pintor Ciro Marra (Roma / Barcelona)