Fuera de concurso: "El monólogo de Adela" de Aurelio Romero Serrano

28.02.2021

¿Tu sabes lo que es una belleza icónica?

... No me mires con esa cara, es lo que me han llamado hace una hora en la puerta del teatro. Debe ser algo así como una belleza ¡¡¡diviiiiiiiiiina!!!, con una "i" muy larga. Que te digan esas cosas te pone, te sube el ánimo... y hoy yo no venía muy allá...

Ya se que tengo que salir ahí fuera para "soltar el do de pecho" como tu dices, pero a una no se le muere un gran recuerdo todos los días. Eso lo podrás entender; vaya, digo.

Mírame: Las canas no engañan y las arrugas que me pinto para salir son falsas, pero por debajo van las mías, que cuando me levanto cada mañana parecen las vías del AVE. Yo no necesito decir que tengo resaca, como hacen otras. Perder memoria y belleza le pasa a cualquiera... Pero todo junto...

Todas las noches me digo lo mismo al salir del teatro: Ánimo, Adela, que sigues siendo una belleza icónica, como me dice Benedict. ¡Pobre!. Él sí que está icónico, como un Matusalén encerrado en el recuadro de su taquilla. A mí todavía me queda conciencia y vista, aunque a veces no coinciden, pero yo no voy a ir como Liz Taylor, arrastrando el cuerpo por la foto de mis maridos. Se fueron y se acabó.

... eso, eso digo yo: hay que tener dignidad. O ser sorda, que es parecido.

Yo tengo un truco para aislarme del público, así no escucho los silbidos cuando aparezco con el perchero en una mano y los fulares en otra:

... Me convierto en Esperanza Roy...

... en medio de la playa...

...sin nadie que te vea...

y cuento mi historia al mundo como hacía ella; bueno, al mar...

Ya me gustaría a mi tener un guión como el de esa Juanita Narboni...

Pero tampoco pienses que Villanueva del Rey no da para una novela...

¿Tu crees que era normal que tuviésemos que bajar casi dos kilómetros desde el Barrio Alto para subir agua de La Membrillera? Hasta decían que era milagrosa, pero lo milagroso es que no muriésemos todos.

Fíjate que llenábamos el cántaro con un colador de alambre.... Si, un colador, de verdad, pero no porque saliese tierra. !Lo que salía era sanguijuelas!. Neeeegras como un carbón, gordas, y sensuales revolcándose dentro del colador.

Ay!!!, pero aquel agua sabía a gloria. Un poquito de agua en el cuello, y recuperabas el resuello.

Si, claro que la abuela Mamaloles bajaba conmigo. Íbamos siempre juntas, como un espagueti con coletas y una aceituna negra.

... Pobre Mamaloles, me quería tanto ... aunque yo nunca fui su ojito derecho.

Mira, lo suyo con mi madre, su hija, era como lo de las monjas con el sagrario. Todo el santo día acariciándola, como si fuese una niña. ¡Pero hija, que ya tenía 40 añazos!. Y a mi padre le pasaba con su suegra lo que a la gata con la perdiz: soltaba bufidos cuando la veía tan ñoña.

... No, a él yo no lo veía mucho. Entre mi escuela y su panadería, lo justito.

... Era maravilloso... Espera un momento, mujer.... que luego se corre el maquillaje. Ea, ya está.

Cuando íbamos de caza los sábados aquello era de traca: Todos andando y él subido a la mula. con la escopeta como si fuese la lanza de don Quijote.

¡Calla!. Ya se que ha sonado el timbre...

... ¿Lo ves? Ya se me ha ido el hilo...

Venga, vamos. A ver si hoy no pasa lo de ayer. ¿Te quieres creer que no vino nadie? El del foco y yo parecíamos los de "Encuentros en la tercera fase", pero en cine mudo. Mejor sería que pusiese una banda sonora...

Te ríes pero ¿tú sabes la tristeza que te entra con esa soledad a oscuras? Y mejor es que no mires por el agujero del telón, porque si no ves a nadie, sientes que se cae el ojo al foso de la orquesta.

Pero, bueno ¡ya te vale, Adela!, no seas ceniza.

Vas a ver. Esta noche el murmullo de la gente será como el ruido de las olas en Tánger...

... y yo allí...

... sentada....

... como una reina alegre...

... cara a cara con el mar.