"Despertar" de Jéssyca Marisol Quispe Mamani

27.10.2020

Cuántas veces imaginé estar a tu lado, pero solo eran fantasías, historias ficticias creadas por mi alucinación. Te imaginé rozando mis labios en la noche oscura del universo, perdida en la luz sangrienta e hiriente de mis sueños. Ayer nos vimos en un sueño ilusorio, donde fusionamos nuestros cuerpos, confundiendo al tiempo y espacio de la rutina usual, caminamos por las nubes, atrapados por el azul intenso del cielo. Solos tu y yo, mirándonos fijamente, fundiéndonos en el silencio, pero todo sueño siempre tiene un final que destruye las ilusiones más profundas del alma, me aferré a tus brazos para no despertar y regresar a la realidad que marca frialdad entre nuestros cuerpos.

Despierto mirando fijamente el techo de mi habitación, tratando de plasmar una escena que me lleve a la eternidad de la irrealidad, recuerdo con aflicción cada momento a tu lado, cada suceso en tus brazos de mi sueño efímero. Aquella mañana salí temprano en busca de un encuentro fortuito contigo, espré, esperé y esperé sentada en una banca de la plaza, pero nunca apareciste. Regresé a casa abrazada de aquellos recuerdos confundidos en mi inconsciente, perdida en mis pensamientos perversos, aguardé la noche con ansias para volverte a tener entre mis brazos, de pronto el sonido de un mensaje irrumpió mi imaginación e hizo que vuelva a la realidad. Era él, emocionada leí una y otra vez su mensaje, que decía necesito hablar contigo, repentinamente una corriente de alegría invadió mi cuerpo, una sonrisa en el rostro que expresaba el deseo de tenerte.

Y allí estabas, con una mirada reluciente, pero a la vez apagada.

Me senté a tu lado sin mencionar palabra alguna, el silencio absoluto atrapo al tiempo. Inesperadamente volteaste y me abrazaste como si estuviera desapareciendo de la realidad absoluta, tu llanto a borbotones quebranto e hizo pedazos al silencio, y yo confundida en mis fantasías no dije nada, en ese momento comprendí que solo era tu amiga convertida en un pañuelo de lágrimas. Atrapada en la realidad traté de fingir que solo era un sueño más, pero este perturbaba el deseo inexistente de nuestros cuerpos, cerré mis ojos para poder despertar de la despiadada realidad, pero una y otra vez veía la misma escena nostálgica, trate de moverme, pero mi cuerpo estaba paralizado por tu llanto. El tiempo empezó a andar y yo junto a él, aquel suceso fue una pesadilla tangible, el pasar de los días hizo que asimile una realidad diferente, donde tejí modificaciones a mi vida habitual, cambié lo real por las alucinaciones de mi inconsciente, ahora vivo en mis sueños donde tu eres el eje central de mi pequeño mundo de fantasías.